Franchesco Sivira, El viejo río llevándose mi sombrero, 2011, óleo sobre tela, 80 x 100 cm |
Franchesco Sivira
El hombre ante el río es un motivo
artístico clásico y universal que encarna el problema de la comprensión, por
parte del ser humano, de su propio destino. Recordemos la imagen manriquiana de
la vida como un río que va a dar a la mar, que es la muerte. De esta guisa, el
río es nuestra propia vida en cuanto temporalidad y, por ende, como cosa finita.
La figura del muchacho —minúsculo e inmóvil— en el puente, viendo cómo el río,
ancho y dinámico, se lleva el sombrero directo
a una caída inevitable parece ser el nucleo de la obra. Como lo aclara Gilbert
Durand, toda temporalidad es una caída y la caída por excelencia es la muerte. De
allí la nostalgia de la que está impregnada este cuadro. Con respecto a las
entregas previas, Sivira ha flexibilizado moderadamente su figuración un tanto
rígida y precaria. Sin embargo, consideramos que ese proceso de mejoría de la
figuración continuará en busca de los mejores resultados. Vale la pena señalar
la riqueza textural y rítmica que comporta el árbol del plano derecho, el cual
es, según nuestro criterio, el mayor acierto de la pieza.
Escrito por: Alejandro Useche
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