Orlando Rendón, Crepúsculo, 2012, fotografía digital, 160 x 100 cm |
Orlando Rendón
Sirviéndose de las bondades de la
manipulación de la fotografía digital, Rendón nos ofrece, en este oportunidad,
una escena vampírica de tono erótico y apocalíptico con gran efectismo por vía
del contrapicado y de las posturas treatrales de los personajes, todo muy
cercano a la estética del poster o
afiche publicitario. En consonancia con la renovación de la literatura y el
cine vampíricos que se ha operado, sobre todo desde la década de los años 80
del siglo pasado, el artista, dentro de una ciudad decadente de fríos rascacielos
y cielos lúgubres, revive el mito de la mujer vampiro, cuyas raíces se remontan
a la Lilith hebrea hasta pasar por la literatura de Theophile Gautier y
Sheridan Le Fanu, entre otros. Esta vampira, símbolo de la dimensión animal y
devoradora del ser humano, así como de las pulsiones sexuales desenfrenadas y
de la prolongación corporal indefinida, constituye, pues, una imagen de la
depredación sexual o psíquica. Esta vampira alada tiene, por su constitución,
una vena luciferina y, consecuentemente, de ángel caído. El foco tensional de
la obra es el cuello del hombre, donde se realiza la mordida. En el contexto de
una imagen en blanco y negro, sólo unas pocas gotas de sangre rojísima, por
contraste, refuerzan la embestida de la fémina.
Escrito por: Alejandro Useche
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